Pero quiero creer que voy a estarlo, que llegará el día en que seré capaz de decir "NO LO AMO" y podré creer en mis palabras.
Día en que dejaré de llorar y dejaré de extrañarlo. Día... en que ya no lo voy a necesitar.
Quiero poder recordarlo sin que un agudo dolor en el pecho me quite la respiración.
No quise saber que fue lo que hizo que me dejase de querer, porque suficiente dolor causa el saber que no me quiere.
Muchas veces eh sentido que ya no me quedaban lágrimas para derramar, que tenemos una cuota de lágrimas para gastar en una persona y que había agotado la mía... pero descubrí que como en un pote de mermelada, "siempre queda algo en el fondo".
Si llorar fuese un deporte el 99,99 % de las mujeres seríamos profesionales y no soy la excepción, quizá solo deba dejar de "hacer tanto ejercicio" y deba sentarme a esperar que el día llegue.
Espero ser capaz de despertar de mi ensueño sin el beso del príncipe al final del cuento. Quizá este destinada a valerme por mi misma, sin valiente corcel que amortigüe la caída de la torre, y vayamos descartando mi cabello quebradizo... en otras palabras, ya veré como me las arreglo para bajar. (Las princesas de hoy en día tendrían que exigir una escalera de auxilio, nunca se sabe si el príncipe se va a dignar a rescatarla o conoció una aldeana con mejores lolas y que vive en un dos ambientes sin mascota que arroje fuego.)
No, no estoy bien... pero quiero estarlo.

No hay comentarios:
Publicar un comentario