Por qué no mencionas sus nombres? Preguntó.
Porque estos duelen. Porque podría irse mi
vida susurrándolos. Porque estos susurros se convertirían en vociferaciones que
quebrantarían el agridulce silencio de su anonimato, así como también mi
garganta. Porque al releer lo que yo mismo he relatado, quizás y solo quizás,
dependiendo de mi suerte, a falta de apego, a falta de nombres, sea capaz de
fingir que otro lo ha escrito. Quizás y solo quizás, las penurias serán ajenas
en ese momento en que intentaré a su vez inventarme recuerdos más agradables
que evocar.
Porque temo mi respiración se exalte al ver la
ya gastada tinta formar su nombre y temo el nudo en la garganta que éste me
provoca jamás se vaya...
Leerás mi libro de demandas, mi diario de
encrucijadas y dilemas a resolver sin miedo a lo que encontrarás en él?
No lo sé - susurraste. - Solo si en este
expones lo que sientes y no te privas de expresar lo que piensas.
- Honestidad será lo que encuentres, pero
cobardía solo verás en los pronombres sin identidad...
Que encontraré yo en el tuyo? - Pregunté, y sin
vacilación respondiste:
Encontrarás sus nombres en cada esquina y
rincón. Los leerás continuamente hasta sentir afinidad. Despertarán rechazo y
pronunciarás injurias que en el momento en que leas solo serán dirigidas a su
nombre en particular. Mis recuerdos te invadirán, les pondrás caras a sus
nombres, sentirás lo que estos significaron en mi vida. Asociarás palabras a
momentos, y momentos a sus nombres. Sí, los momentos que he vivido junto a
ellos y nadie más.
Sus nombres han sido escritos para ser
recordados en su ausencia, para ser sinónimos de fechas, llantos y canciones.
Se borrarán de mi mente hasta el instante en que yo misma los relea y los
evoque, pues han valido la pena para ser mencionados; han valido la pena y
serán recordados.

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