You may say I'm a dreamer...

Quién en su sano juicio llora mientras está realizando un trabajo práctico de Historia?

Seguramente nadie que este por completo en sus cabales lo haría... 

Noticia de último momento; yo no lo estoy, y la realidad es que nadie es capaz de alzar la mano cuando de totalidad en cuanto al estado mental se refiere, y como no seré la excepción  (ni por asomo), les cuento a quiénes quizás estén del otro lado de la pantalla y hayan entrado a mi página por equivocación y una serie de clickeos sobre el teclado, (para la próxima, abstenerse de tener relaciones sexuales sobre éste) por qué me encuentro a las 2 a.m llorando frente un archivo Word titulado "Segunda Guerra Mundial".

Si en entradas anteriores se convencieron de que era una persona emocionalmente inestable, aquí tendrán su confirmación. 

Siempre me apenó mucho el estudiar historia, el saber como una y otra vez el mundo comete errores irreversibles que dañan a la humanidad como si no les importase un comino ser parte de ella.
Hay un echo en particular que desde pequeña me afectó mucho, éste, es el bombardeo sobre Hiroshima y Nagasaki que el presidente Truman ordenó como excusa para detener la invasión de Japón en Asia, cuando en realidad, los Estados Unidos eran los únicos que poseían material nuclear en aquellos tiempos, y Truman solo quiso ver su efecto, por lo que las arrojó siendo causante de miles y miles de muertes inocentes. 

Imagino que deben de estar familiarizados con el tema... Pues el hecho es desbastador, y cada vez que alguien me lo recuerda, cómo lo hizo este trabajo, no puedo evitar echarme a llorar desconsoladamente al pensar cómo por un simple y necio experimento fueron acabadas vidas inocentes que quizás solo pretendían que todo terminase, que tal vez solo pretendían que la paz volviese a establecerse luego de la masacre que fue la guerra; que aunque no soy especialista en el tema y nadie sea capaz de afirmarlo, sé que aquellas personas sólo deseaban un mundo mejor. 

Uno como el que hoy deseo, y sin nada que pueda hacer mis utopías caen a manos de ambiciosos magnates que destruyen el ecosistema, que disturben la paz de animales en peligro de extinción que solo intentan sobrevivir bajo las leyes naturales de su creación, naciones que mueren de hambre mientras ellos solo piensan en dinero sin ver que lo esencial, lo que nos brinda felicidad, son los detalles y pequeñas cosas en el mundo que ellos mismos destruyen.

Lloro al escribir estas líneas, porque me rindo ante una humanidad que olvidó vivir hace mucho ya, una humanidad que se no seré capaz de salvar, y quizás nadie sea capaz de ello nunca hasta su destrucción. 

¿Cómo es que pueden destruir algo tan bello como la creación misma, algo tan hermoso como es el mundo en el que vivimos? 

Nunca seré capaz de comprenderlo, y aún si todo está perdido se me muy bien que en mi interior jamás me rendiré.  
Pueden creer que soy una ilusa, una idealista del montón que pierde su tiempo; pero no me importa, sé que existe gente con mis principios, y que aunque el mundo entero se empeñe en hacer la guerra, otros nunca dejaremos de empeñarnos en hacer la paz. 
Sé, que aunque muchos hayan olvidado la esencia de la felicidad, yo no dejaré de buscarla.